jueves, 7 de marzo de 2013



23 de enero del 2001
La desaparición de tres adolescentes en España

Caso Alcàsser: Lo que la verdad oficial esconde
"Antes, cuando era más joven y menos desconfiado aunque estaba convencido de mi teoría, me resistía a verificarla y hasta a enunciarla, porque esos prejuicios sentimentales que son la demagogia de las emociones me impedían atravesar las defensas levantadas por la secta, tanto más impenetrables como más sutiles e invisibles, hechas de consignas aprendidas en las escuelas y los periódicos, respetadas por el gobierno y la policía, propagadas por las instituciones de beneficiencia, las señoras y los maestros. Defensas que impiden llegar hasta esos tenebrosos suburbios donde los lugares comunes empiezan a ralear más y más, en los que empieza a sospecharse la verdad.".
Ernesto Sábato. Informe sobre Ciegos.
Los Hechos Conocidos.
Todo comenzó un viernes 13 de Noviembre de 1992. Desirée, Miriam y Toñi, tres adolescentes de entre catorce y quince años de la localidad de Alcàsser (Valencia) desaparecieron misteriosamente cuando iban a celebrar una fiesta en una discoteca situada en las afueras de la vecina localidad de Picassent. La angustia de los padres, amigos y ciudadanos no les paralizó: se pusieron a buscar por todos los rincones de la zona y más allá. Se editaron carteles en todos los idiomas y literalmente se "empapeló" la Comunidad Valenciana con las fotos de las niñas de Alcàsser. Hasta el presidente del Gobierno de entonces, sr. Felipe González les recibió en el Palacio de la Moncloa en las Navidades de 1992 y se interesó por el caso... todo en vano. Una fría mañana del 27 de Enero de 1993 terminó con toda esperanza: las niñas aparecieron muertas, semienterradas en un paraje de difícil acceso conocido como "La Romana", en el término de Llombai (Valencia).
La Verdad Oficial.
La noche del 27 de Enero de 1993 se detenía a varios sospechosos y poco después se acusaba formalmente a uno de ellos, Miguel Ricart y se buscaba a otro, Antonio Anglés, del que se sospecha que huyó a Portugal y después hacía Irlanda en el barco mercante "City of Plymount" donde se perdió su pista y desde entonces se haya en paradero desconocido. En Marzo de 1993 y en base a las "confesiones" del único detenido se fundamentó que no había más sospechosos del triple asesinato que Miguel Ricart y el huido Antonio Anglés.
Las máximas autoridades del derecho y la fiscalía en Valencia, señores Luis Romero Villafranca y Enrique Beltrán, presidente del Colegio de Abogados y Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia respectivamente se "ofrecieron" a los padres para investigar el caso y defender sus legítimos intereses... años después comprobaron que su gratuito "ofrecimiento" obedecía a otros objetivos.
En Mayo de 1997 comenzó en la Audiencia Provincial de Valencia el juicio oral contra Miguel Ricart, el único acusado por el triple asesinato. Hasta ese momento la opinión pública desconocía muchas cosas sobre el caso, pero gracias al esfuerzo divulgador de uno de los padres de las niñas, Fernando García, y del periodista y criminólogo Juan Ignacio Blanco, muchas personas en este país comenzaron a sospechar que en el caso Alcàsser se nos estaba hurtando la verdad. Esfuerzo divulgador que les está costando a ambos toda una cascada de querellas.
Concluido el juicio oral, en Septiembre de 1997 el jurado compuesto por tres magistrados valencianos sentenció que Miguel Ricart era culpable. Ricart era condenado a 170 años. El abogado de oficio de Ricart tramitó la apelación al Supremo pero el alto Tribunal dio otra vuelta de tuerca. En Mayo de 1999 el Tribunal Supremo presidido por los conocidos Villarejo, Ancos y Bacigalupo sentenció en firme y dio por válida la condena a Miguel Ricart. Mientras tanto el Ministerio de Interior, cada cierto tiempo emitía informaciones sobre la búsqueda del otro sospechoso, Antonio Anglés, hasta que en Enero de 2000 el entonces Secretario de Estado para la Seguridad, sr. Martí Fluxá y el actual Director General de la Policía, sr. Juan Cotino, confirmaron que se habían encontrado unos huesos en Irlanda que presuntamente podrían pertenecer a Antonio Anglés. Desde entonces se está esperando la confirmación de los análisis de ADN. Seguramente es el análisis de ADN de más duración de la historia.
Lo que la Verdad Oficial esconde.
Hasta aquí lo que se conoce como "versión oficial" que es lo que conoce la mayoría de personas. Pero, ¿qué verdad esconde el caso Alcàsser?.
Seguramente el caso Alcàsser sería un "caso más" de secuestro, violación y asesinato sino fuera por la información que revelarían las autopsias practicadas a los cadáveres, particularmente por la segunda autopsia, practicada por el prestigioso profesor Luis Frontela, de la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla y por el análisis del ADN mitocondrial de pelos púbicos practicado por el también prestigioso profesor Angel Carracedo, director del conocido Intituto de Medicina Legal de la Univesidad de Santiago de Compostela. ¿Qué revelaron dichas las autopsias y los análisis de ADN?. Algo fundamental: Las niñas fueron sometidas a torturas inimaginables (no las vamos a relatar ahora) y que al menos intervinieron siete personas diferentes en las violaciones y torturas. Ninguno de los pelos púbicos hayados pertenece a Miguel Ricart.
La noticia de que hubieran más personas involucradas y que ninguna era Miguel Ricart cayó como una losa sobre la versión oficial. Pero el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, sr. Enrique Beltrán supo "torear" hábilmente el temporal que se le venía encima y apoyándose en los otros forenses "oficiales" supo imponer su criterio al Tribunal, si bien en la sentencia de la Audiencia de Valencia se dejaba un resquicio para seguir investigando la prometedora pista de los pelos analizados... resquicio que fue cerrado abruptamente en la sentencia en firme del Tribunal Supremo que consideró "inverosímil" la participación de más personas en el triple asesinato, dando así por cerrado el caso para la Justicia. Sin embargo son muchos los juristas que hemos consultado que consideran que esa sentencia contradice ampliamente la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo que siempre ha aceptado los análisis de ADN como válidos a efectos de continuar las investigaciones abiertas.
Sin embargo no se acaban aquí las irregularidades del caso y que nosotros, entre otros investigadores, hemos podido averiguar en el transcurso de los últimos meses.
Comenzando por las múltiples contradicciones del único "acusado, testigo y portavoz de la verdad oficial" Miguel Ricart y acabando por las múltiples "casualidades" que ocurrieron el día que unos colmeneros "casualmente" descubrían los cuerpos sin vida de las niñas, pasando por los "extraños" pagos por parte del Ministerio del Interior a las familias de Antonio Anglés y Miguel Ricart, pagos de los que nos informó un "Garganta Profunda" que, al parecer, podría pertenecer a la Guardia Civil y del que tenemos un amplio documento en nuestra web.
Hagamos repaso a algunas de las cosas que esconde la verdad oficial.
27 de Enero de 1993. Un día plagado de "casualidades"
0). Siete días antes (el 20 de Enero), el entonces todopoderoso (y oscuro) Secretario de Estado para la Seguridad, el sr. Rafael Vera, se comprometió ante Fernando García a "investigar el caso Alcàsser desde cero", para lo cual prometió que un equipo de investigadores del cuerpo superior de policía (y por tanto ajeno a la Guardia Civil) se desplazarían en breve a Valencia para investigar de manera independiente... tal equipo jamás llegó a poder investigar porque, quizá, su actuación hubiera alterado los planes que se tenían previstos...
1). Dos días antes (el 25 de Enero) Fernando García había viajado en dirección a Londres para emitir un programa especial de la BBC sobre las niñas de Alcàsser. En concreto se pretendía una emisión a los países árabes, por si las niñas hubieran caído en manos de alguna banda árabe dedicada al tráfico de blancas. Al parecer, un conocido millonario de la jet set marbellí financió a Fernando el viaje y los contactos en Londres. Por tanto, Fernando García, que tanto había luchado por encontrar a las niñas, se iba a encontrar por primera vez a miles de kilómetros de distancia de Valencia. Al parecer el millonario marbellí, de nombre Raymond Nakachian, tenía (y tiene) muy buenos contactos con el Ministerio del Interior: no en vano fue el Ministerio del Interior quien rescató sana y salva a su hija de nombre Melody de sus secuestradores unos años antes. No descartamos alguna indicación o influencia del Ministerio sobre el tal Nakachian, pero tampoco es esencial. Lo que sí creemos que era esencial era que desde el Ministerio del Interior se supiera que Fernando García iba a estar a miles de kilómetros durante unos días.
2). Un día antes (el 26 de Enero) desde el Ministerio del Interior se decidió que al día siguiente, esto es, el 27 de Enero, se tenía que marchar el equipo de guardia civiles que integraban el primer contingente de la UCO (Unidad Central Operativa) que hasta ese momento había colaborado con la guardia civil de Valencia en la búsqueda de las niñas. Para ese día, 27 de Enero, estaba previsto que partiera desde Madrid hacia Valencia otro equipo de la UCO para sustituir al que marchaba. Así, hubo un lapso de tiempo de entre 8 a 16 horas en el que no se encontraba ningún equipo de la UCO en Valencia. Incomprensiblemente, se decidió desde Madrid que no era necesario que el primer equipo esperara a la llegada de su relevo para informarle y poner al corriente de la investigación hasta la fecha. Quizás porque se supone que de eso ya se ocupan los "mandos"... Entendemos que había por tanto una "ventana de oportunidad" (como dicen los estrategas) de pocas horas para ejecutar el plan: sin observadores no deseados, sin interferencias y sin dar demasiadas explicaciones. ¿Con qué objetivo?. Vistos los hechos retrospectivamente queda meridianemente claro que la "chapuza" en el levantamiento de cadáveres efectuada por el improvisado equipo de guardia civiles locales hubiera sido inadmisible para un equipo profesional, preparado y con más recursos como el de la UCO. De alguna manera el o los "planificadores" de aquella mentira necesitaban tener lejos a la UCO del escenario preparado para su momento crucial. No obstante, siendo más sutiles, puede existir otra explicación más sencilla: quizás los "planificadores" de aquella mentira no quisieron "enmarronar" a la UCO... quizás pensaron que para la "chapuza" y el trabajo sucio que se advertía ya estaban otros guardias de menor preparación.
3). El 27 de Enero de 1993, por la mañana y temprano, dos apicultores de Llombai (Valencia) se disponían a "ver" sus colmenas una fría mañana de Enero... y decimos a "ver", porque que sepamos en pleno invierno las abejas no están para hacer/ofrecer mucha miel. A partir de entonces, el resto es historia, "historia oficial": José Sala y Gabriel Aquino, los dos apicultores, descubrieron "casualmente" la fosa con los cuerpos semienterrados de las niñas de Alcàsser, avisaron al puesto más cercano de la guardia civil, esperaron un buen rato a que un "equipo especializado" (en realidad un grupo de la brigada de atracos) subiera hasta la fosa, se encontró (también "casualmente") el "famoso papelito" con el nombre de Anglés, al que van a buscar y presuntamente "escapa" etc. etc. y también ("casualmente") se pusieron trabas a que el forense independiente, doctor Frontela, acudiera a la primera autopsia con los forenses "oficiales"... pero de eso ya hablaremos en una próxima carta. Así, los dos descubrimientos más importantes del caso Alcàsser (encontrar los cuerpos de las niñas y la identidad del asesino por un "papelito" igualmente encontrado casualmente en los alrededores) sucedió cuando unos apicultores deciden caprichosamente ir de "excursión" a ver sus colmenas y mientras Fernando García está a miles de kilómetros de Valencia y los miembros de la UCO están, también, de viaje...
Si alguien quiere seguir tragando esas "casualidades" como fruto del azar, allá cada cual con su conciencia: cada uno es libre de creerse lo que quiera, pero, por favor, que ningún poder político, policial, mediático o judicial nos diga lo que tenemos que creer: muchos valencianos ya estamos hartos de tanto abuso a nuestra condición de personas "muelles" (como dijo una vez un rey borbón) y tolerantes. Esto se acabó.
En nuestra personal e intransferible opinión pensamos que de alguna manera el o los "planificadores" de aquella mentira necesitaban que toda la operación se abriera y se cerrara el mismo día, como así fue: prácticamente no quedaron "flecos" relevantes, salvo el asunto de las autopsias, pero para eso tuvieron a un "eficaz" equipo de forenses adoctrinados para "limpiar" ("adecentar" dice el Sumario) cualquier resto en los cuerpos que pudiera contradecir a la "versión oficial"...
Ahora, juzguen ustedes estas tres "casualidades" (cinco, si sumamos lo del curioso "papelito" y la presunta "fuga" de Antonio Anglés... y posiblemente hayan más que desconocemos) y observen hasta que punto "alguien" con el poder o/y la información suficiente (en el Ministerio de Interior o/y en el Cesid, nos da igual) podría planificar el día "D" del descubrimiento de la fosa con facilidad. Y, suponiendo que el Ministerio no influyó en el hecho (1), bastaba con que (2) y (3) se "sincronizasen" con el hecho (1). Tan sólo faltaba una cosa: lograr la colaboración de los apicultores Sala y Aquino. Si el Ministerio o el Cesid conocían de antemano el momento del descubrimiento es porque también debían de conocer el lugar... y, si es así, entonces la respuesta a esa pregunta es obvia: sólo personas allegadas al Ministerio o al Cesid podrían haber colocado los cuerpos sin vida de las niñas en aquél lugar, dando así coherencia a la muy plausible hipótesis del doble enterramiento defendida por el profesor Frontela.
Las 7 mentiras de "La Romana". Demasiadas mentiras para el lugar oficial del crimen.
(1) El trayecto hasta el paraje de La Romana. De una elevada dificultad, aún hoy a pesar de que ha mejorado algo desde 1993 a decir de los vecinos y lugareños. Nosotros lo hemos intentando, y es imposible. En algunos tramos tuvimos que optar por bajar alguno o de lo contrario estropeábamos el coche (íbamos cuatro personas, que en conjunto calculamos pesaríamos lo mismo que Ricart, Anglés y las tres niñas)... ¿es creíble lo que dice la versión oficial respecto a esto?... para nosotros, en absoluto. Y si así fuera, en el coche de Ricart deberían haber quedado señales indelebles del "maltrato" a los bajos del vehículo. Pero tal cosa nos consta por el Sumario que nunca se hizo ni se intentó averiguar. Volvemos a lo de siempre: jamás se intentó reconstruir que lo que decía Ricart era posible.
(2) La Caseta. En la inspección ocular y en las fotografías que realizaron los miembros de la UCO no aparece ni una sola mancha de sangre en toda la estancia, ni en la planta baja ni en la buhardilla donde presuntamente se realizaron las torturas y violaciones. Eso sí, tan sólo un único indicio: un pendiente que "casualmente" se encontraba en la buhardilla y atribuido por los padres a una de las niñas... es decir, el lugar estaba completamente "limpio" de signos de violencia, pero eso sí, se encontró dicha prueba... ¿es creíble?... para nosotros, en absoluto. Pero, entonces, ¿quién pudo dejar el pendiente tan a propósito?... ¿posiblemente el mismo o los mismos que dejaron el "papelito" de la seguridad social de Enrique Anglés?. La Caseta sigue siendo hoy en día un lugar inhóspito, lleno de mugre y basura. Algunas jeringuillas al parecer recientes nos muestran que de vez en cuando acude alguien a pincharse. Hubiera sido muy interesante y revelador para la investigación que Miguel Ricart hubiera ido acompañado por los guardias y que hubiera intentado reconstruir lo sucedido en la Caseta de la Romana. Pero quizá era más fácil que se aprendiera un "guión" previamente fabricado (se dice que "el papel lo aguanta todo") que no hacer el "paripé" en el supuesto lugar de la escena del crimen.
(3) El trayecto desde la Caseta hasta la Fosa. Según la versión oficial las niñas recorrieron malheridas el trayecto desde el lugar de las torturas y violaciones (la Caseta) hasta la Fosa, donde serían asesinadas a sangre fría de un disparo en la cabeza por el "malo" oficial (Anglés) y posteriormente enterradas. Hay que recordar que dicho trayecto no es fácil, pues está cuesta arriba (la Caseta está dos o tres curvas de nivel más baja que el lugar de la Fosa) y les separa una distancia aproximada de unos 750-800 metros. La pregunta es obvia: ¿podían las niñas prestarse a semejante "paseo" hasta el lugar de su muerte soportando el dolor de sus heridas?. Recordemos que algunas de las torturas infligidas a las niñas debieron causarles un fuerte shock, por ejemplo en el arrancamiento de un pezón. ¿En verdad puede alguien creerse que una persona tan malherida puede caminar 800 metros y cuesta arriba?.... ¿es creíble?... para nosotros, en absoluto.
(4) La alfombra o moqueta. Parece que no hay acuerdo en si era una alfombra o una moqueta lo que envolvía los cadáveres de las niñas. Para la Guardia Civil era una moqueta. Para algunos de los testigos (curiosamente los tres únicos "civiles" que se encontraban allí: los dos colmeneros y el funerario) era una alfombra y además una alfombra de cierto valor. Pero la cuestión "increíble" para nosotros no es esa, sino que en la alfombra o moqueta se puede apreciar dos contradicciones con la versión oficial: no hay rastro de sangre y no hay casi rastro de barro. Tanto una cosa como la otra son muy relevantes pues como hace poco comentábamos en el foro con un amigo, sí en los cadáveres no quedaba ni una gota de sangre y las torturas y heridas les tuvieron que ocasionar pérdidas de sangre... ¿dónde están los restos de sangre?... no hay en la Caseta, no hay en el trayecto hasta la Fosa... y tampoco hay en la alfombra o moqueta. Y tampoco hay prácticamente restos de barro. Esto es un detalle importante porque los cuerpos de las niñas estaban cubiertos de barro... sin embargo la alfombra o moqueta, que según la versión oficial se utilizó para envolver y cubrir los cuerpos durante 75 días, no tiene prácticamente ni rastro de barro, hecho que contrasta en las fotografías del Sumario. ¿Cómo es esto posible?... ¿es creíble?... para nosotros, en absoluto.
(5) El "papelito" de Enrique Anglés. Dejamos para el final el aspecto más "cómico" del caso, algo así como el "más difícil todavía" del caso Alcàsser, algo así como: "cómo identificar a un asesino con una prueba increíble, encontrada cerca del lugar del crimen y transcurrido un tiempo importante". Como recordaréis el "papelito" hallado cerca de la Fosa tuvo una importancia crucial en el caso pues su descubrimiento permitió "legitimar" la sospecha de que alguien de la familia Anglés estaba tras el triple asesinato. Francamente es un "cuento" que ya nadie se cree y que en nuestros pueblos sigue causando cierta hilaridad... pero parece que esa "sabiduría popular" se la trae al fresco a nuestros "experimentados" jueces, fiscales y policías que en lugar de sospechar y ponerse en alerta ante una prueba tan inaudita, hacen precisamente lo que se supone que no debía hacer un investigador serio: dar por sentado que existe una conexión entre el "papelito" y el caso. Todos los investigadores profesionales a los que hemos consultado, tanto privados como algunos policías que dicho sea de paso quieren permanecer en el anonimato no sea vayan a perder el empleo por opinar y decir cosas sensatas, nos dicen justamente lo que nosotros pensamos: lo correcto era suponer que el "papelito" encontrado en la Romana fue dejado de manera intencionada para "señalar" a un cabeza de turco... pero nuestra "perspicaz" policía hizo todo lo contrario: supuso que el "papelito" era la prueba crucial que resolvía el caso, luego se montó una "redada" absurda que los mismos investigadores consultados nos indican que lo "profesional" hubiera sido montar un dispositivo de vigilancia y seguimiento de los Anglés y no la "chapuza" improvisada que hicieron sus colegas de la Guardia Civil que, además, provocó (oficialmente) la "espantada" del presunto asesino de las niñas.
Experimento en La Romana. ¿Es creíble que un "papelito" troceado del tamaño aproximado de una cuartilla y de peso similar pueda permanecer por 75 días en un lugar próximo a la Fosa?. Nosotros lo hemos intentado, y en diferentes épocas de este año en las sucesivas veces que hemos subido a la Romana. Dejamos troceadas unas cuartillas de diferentes colores y colocadas aleatoriamente para ver si era posible que permanecieran relativamente juntas y próximas al lugar donde las dejábamos. ¿Resultado?. En la mayoría de ocasiones (el 85%) y en diferentes épocas del año se producía el mismo resultado: los "trozos" de las cuartillas se alejaban unos de otros, a veces a distancias importantes (más de 20 metros) y en ocasiones "desaparecían" pues hubieron al menos un 30% del total de casos en que no encontrábamos los trozos. Suponemos que porque se alejaban a mucha más distancia por efecto de los fuertes vientos de la zona (hay que resaltar que la zona de la fosa está más elevada que la de la caseta y por tanto más expuesta a la intemperie). Tan sólo un exiguo 15% de nuestros "papelitos" permanecían a menos de 20 metros del lugar donde originalmente los dejábamos y en todos los casos porque quedaban atrapados en algún matorral y por tanto más "protegidos" de la acción del viento. Así pues, en nuestra opinión, el "papelito" tuvo muchas más posibilidades de haberse "colocado" intencionadamente muy pocos días u horas antes de descubrirse ("casualmente", no lo olvidemos) la fosa con los cadáveres de las niñas.
Si todo lo que dice la versión oficial respecto al lugar del crimen es totalmente increíble (al menos para nosotros que hemos intentado reconstruir algunos casos que la versión oficial da por creíbles), entonces sólo resta hacerse una pregunta que al parecer jamás pasó por la cabeza del juez Bort, del fiscal Beltrán ni de la policía judicial: ¿quién llevó y enterró a las niñas de Alcàsser en la fosa de La Romana?... ¿fueron los verdaderos asesinos? (algunas versiones apuntan a eso)... o ¿fueron personas pertenecientes a eso que se llama "las alcantarillas" del Estado? (a eso apunta la carta de "Garganta Profunda" en su diálogo con la fuente de información llamada "Bernardo").
(6) El "descubrimiento" de los colmeneros. En anteriores cartas ya tratamos este asunto y ya anunciábamos nuestra intención de seguir investigando a los apicultores Gabriel Aquino y José Sala, para aclarar directamente con ellos la gran cantidad de "casualidades" que tuvieron lugar el 27 de Enero de 1993, fecha del "descubrimiento" de la fosa donde estaban semienterradas las niñas de Alcàsser. Pues bien, desde entonces y tras fracasados intentos de ponernos en contacto con los colmeneros por fin lo conseguimos hace unas pocos días y por separado. No sin problemas porque ambos dos estaban (particularmente Sala) reacios a colaborar con nosotros. Tras intentar romper el muro de silencio que tanto Sala como Aquino mostraban, repitiendo que no tenían nada más que añadir que lo dicho en el juicio contra Miguel Ricart en Junio de 1997, al final y como dándonos una leve esperanza, Gabriel Aquino, un hombre ya próximo a los ochenta años pero bien conservado y que no desearía marcharse de este mundo con una carga de conciencia, nos confesó que lo que más desearía en este mundo es poder contar a los padres de las niñas la verdad de lo que sucedió ese 27 de Enero de 1993, pero directamente y sin intermediarios. Para nosotros fue suficiente. Nos marchamos con la seguridad de que la abrumadora cantidad de detalles y "casualidades" de ese día, algunas desconocidas por ellos, habían hecho mella en su conciencia. Incluso percibimos un amago de vergüenza y sentimiento de culpa en Aquino, un hombre religioso, que en aquel Enero de 1993 se prestó a jugar el papel clave de una mentira de Estado.
(7) Anglés y Ricart en el bar "Parador". Según la Guardia Civil (y posteriormente la sentencia de la Audiencia de Valencia), Antonio Anglés y Miguel Ricart bajaron desde La Romana la noche del 13 de Noviembre de 1992 a comprar unos bocadillos y bebida al bar "Parador" de Catadau. Sin embargo, los propietarios del bar, Arturo Ortega y Ana Flores, que no son de esa clase de personas que se cohiben ante unos tricornios, dijeron en el juicio oral y siguen manteniendo hoy en día que jamás confirmaron eso a la Guardia Civil. Para que se pueda comprender la secuencia completa de los hechos hemos incluido algunos textos extraídos del Sumario 1/93 y de la Sentencia 287. Extracto de la Diligencia de la Guardia Civil firmada por el sargento instructor Pablo Pizarro el 9 de Marzo de 1993:
"Que en la declaración prestada por Miguel Ricart se expone que la noche del 13 de Noviembre de 1992, tras violar a las niñas y dejarlas atadas, se fueron a un bar de Catadau donde compraron bocadillos y una ensalada, para llevárselo a cenar a la caseta (de La Romana) donde habían dejado atadas a las niñas. Que comprobando esta manifestación se ha averiguado que: la citada noche, sobre las 24 horas, en el bar denominado "Parador" de la localidad de Catadau (Valencia), llegaron los llamados Miguel Ricart y Antonio Anglés, que estos individuos pidieron tres bocadillos, una ensalada y bebida que se llevaron sin consumirlos en el establecimiento. Que estos datos han sido obtenidos del propietario del bar "Parador", llamado Arturo Ortega, vecino de Catadau, persona no muy colaboradora y con muchos reparos a firmar su manifestación, y de su esposa, mujer que estuvo esa noche en el bar y que recuerda perfectamente que entraron Miguel Ricart y Antonio Anglés y pidieron bocadillos y ensalada."
Pero, en el juicio oral, Antonio Ortega y su mujer Ana Flores afirmaron bajo juramento:
Arturo Ortega: "Que a la Guardia Civil, el 13 de Noviembre Antonio Anglés y Miguel Ricart nunca les he dicho que bajaron a comprar unos bocadillos. Que recuerdo que vinieron un viernes por la noche. El día no lo recuerdo. Era un viernes, era por la noche, de 11 a 12 de la noche. Que recogieron tres o cuatro bocadillos, una ensalada en recipiente de poner pollos asados, y una botella de agua de litro y medio. Quien entró fue Ricart. Que quién se quedó fuera en el coche no sé quién era."
Ana Flores: "Que nunca he declarado a la Guardia Civil que el 13 de Noviembre Miguel Ricart viniera a mi establecimiento. Que no firmamos porque no coincidía lo que se manifestaba con lo que era. Que la persona que estaba fuera, estaba junto a una palmera. Que no reconocí a esa persona como Antonio Anglés. No era Antonio Anglés, porque Antonio era o es muy alto, y ese chico era un poquito más bajito. Que características que pueda decir de esta persona, sería muy parecida a Mauricio, y más o menos de su complexión física."
Como dice Juan Ignacio Blanco en su libro "¿Qué pasó en Alcácer?": "durante cinco años, el juez instructor sr. Bort, el fiscal sr. Beltrán y los abogados habían estado convencidos que los dueños del bar "Parador" de Catadau habían afirmado que Ricart y Anglés estuvieron en su bar la noche del 13 de Noviembre..."
Si los testigos se negaron a firmar y a reconocer los hechos que decía el sargento instructor: ¿por qué en la diligencia de la Guardia Civil se sigue manteniendo la farsa del "guión" de Miguel Ricart?.
Quizá no lo sabremos nunca, pero lo bien cierto es que en la sentencia 287 del 5 de Septiembre de 1997 la "versión" que prevaleció fue la de la Guardia Civil:
"... acto seguido, el acusado (Miguel Ricart), en compañia de otra persona (Antonio Anglés), se dirigió a donde estaba estacionado el coche, y con el mismo bajó hasta Catadau, y en el bar "Parador" compró bocadillos, ensalada y agua, subiendo de nuevo a la caseta (de "La Romana") para cenar."
¿Para qué sirve entonces el testimonio de los testigos si la Justicia hace más caso a la versión mentirosa de los aparatos del Estado?.
"Hipótesis escasamente verosímiles"
Sentencia 287/1997 de la Audiencia de Valencia por la que se condena a Miguel Ricart.
"... por cuanto que el informe practicado por los peritos del Instituto de Medicina Legal de Santiago de Compostela, relativo al análisis del ADN mitocondrial de diversos pelos y vellos encontrados en los cadáveres (encontrados por el profesor Frontela, pero no aludido en la sentencia) establece una alta probabilidad de que otras personas pudiesen intervenir en los hechos enunciados en las presentes actuaciones, circunstancia que constituye un factor sobresaliente para que SEA AMPLIADA LA FASE INVESTIGATORIA CON LA PRACTICA DE CUANTAS DILIGENCIAS SE CONSIDEREN CONVENIENTES PARA EVIDENCIAR O DESCARTAR LA POSIBILIDAD REFERIDA, TRAMITE PROCESAL QUE TIENE RECONOCIDO EL TRIBUNAL SUPREMO EN RELACION CON DETERMINADAS CAUSAS ANTERIORES....".
Pero, al parecer, el Tribunal Supremo no se dio por aludido y taponó oficialmente la vía de la investigación de los pelos y vellos encontrados:
Sentencia 803/1999 del Tribunal Supremo por la que se ratifica la condena a Miguel Ricart.
"... deducciones que le hubiesen podido perjudicar (en referencia a Miguel Ricart), AUNQUE SERIAN SEGURAMENTE LOGICAS Y ADMISIBLES (en referencia al párrafo anterior de la Sentencia 287/1997), INTRODUJO HIPOTESIS ESCASAMENTE VEROSIMILES COMO LA PARTICIPACION DE OTROS DELINCUENTES, ADEMAS DEL SENTENCIADO (Miguel Ricart) Y DEL REBELDE (Antonio Anglés)."
Es decir, de un plumazo el Tribunal Supremo contradice su propia jurisprudencia (siempre a admitido la prueba del ADN) y se carga por las buenas un hecho contrastado científicamente (el hallazgo de hasta 15 pelos y vello pertenecientes como mínimo a 7 personas distintas a resultas del análisis de ADN), conseguido con la paciencia y el trabajo profesional de dos especialistas independientes: profesor Dr. Luis Frontela de la Universidad de Sevilla y profesor Dr. Angel Carracedo del Instituto de Medicina Legal de Santiago de Compostela... calificándolo burdamentes de HIPOTESIS ESCASAMENTE VEROSIMILES. En fin, juzguen ustedes mismos.
Además, curiosamente el Tribunal valenciano, para evitar la contradicción que supone acusar a Miguel Ricart y a la vez reconocer que no hay pruebas biológicas contra él (ninguno de los pelos encontrados es de él), se inventa una curiosa demostración: Miguel Ricart "demuestra" su culpabilidad porque comenzó a declararse no-culpable cuando se enteró que no había evidencia biológica contra él (lo cual tampoco es cierto: ver la secuencia de "confesiones" de Miguel Ricart en nuestra web)... en otras palabras, Miguel Ricart no se puede "beneficiar" de esa falta de pruebas biológicas porque el ya se autoinculpó en 1993... Sin comentarios.
Así la situación actual es ésta paradoja: existe la terrible evidencia de unos pelos y vellos encontrados en los cadáveres y en lugares no contaminados (no afectados por manipulaciones posteriores a su hallazgo) y existe la información genética del ADN de al menos 12 de los 15 pelos encontrados, pertenecientes como mínimo a 7 personas distintas (por cierto, ninguno corresponde a Miguel Ricart o a Antonio Anglés)... pero como el Tribunal Supremo, en un abuso de autoridad más propio de la dictadura ¿quién le ha otorgado poder para anular una prueba pericial que nadie ha podido contradecir?) dice que eso no es más que una "hipótesis escasamente verosímil", entonces, la terrible evidencia, el hecho irrefutable, debe callar para siempre ante la "autoridad" del Supremo... pero,
NOSOTROS, EL PALLETER, NOS RESISTIMOS A CALLAR LA EVIDENCIA Y EL HECHO CONTRASTADO CIENTIFICAMENTE: HAY, COMO MÍNIMO, SIETE CULPABLES DEL ASESINATO DE TOÑI, DESIRÉE Y MÍRIAM, CULPABLES QUE ANDAN LIBRES Y SIN TEMOR A SER INVESTIGADOS PORQUE LA JUSTICIA DEL ESTADO ESPAÑOL, EN CONSONANCIA CON LA VERSION OFICIAL DEL MINISTERIO DEL INTERIOR ASÍ LO HA DECIDIDO.


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