sábado, 30 de marzo de 2013

LOS SUICIDIOS EN SURCOREA



FOTO DE ANN



Por Armando Reyes *

La Habana (PL) El suicidio a principios de año del exlanzador Cho Sung-min, famosa estrella del béisbol, conmocionó por completo a Surcorea.
Exserpentinero del equipo japonés Yomiuri Giants y exesposo de la actriz Choi Jin-sil, a Cho lo encontraron muerto en el baño colgado del cuello por un cinturón.

En 2008, Choi también se había quitado la vida de una manera similar.

Surcorea, con 15 mil suicidios al año, posee la mayor tasa de esos episodios entre los integrantes de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), o sea, que quitarse la vida resulta un hecho frecuente desde el punto de vista de una parte de la sociedad.

Empero, la noticia del exbeisbolista ha llamado a la reflexión en cuanto a una política orientada a evitar esos sucesos.

El Puente de Mapo, denominado como el "de la Muerte", con más de 100 intentos de suicidio en los últimos cinco años, refleja un tanto la situación en que se halla ese sureño estado.

En 2012, el gobierno de Seúl tomó decisiones para intentar reducir ese número y renombrar a esa vía como "Puente de la Vida".

Así, en septiembre de 2012, se colocaron mensajes optimistas y fotografías de bebés sonrientes, a manera de recordar, a quienes quieren poner fin a su vida, que sus seres queridos los están esperando.

El Mapo es uno de los 25 puentes que cruzan el río Han, divisor de Seúl, y la iniciativa parece exitosa, al decir de Lee Gi Duck, funcionario del gobierno capitalino.

"Hay personas que comparten sus experiencias como el caso de un adolescente, quien decidió acabar con su existencia, pero encontró mensajes que fue leyendo y al final, en lugar de encontrar el lugar perfecto para matarse, había cruzado el puente", indicó Lee.

La alcadía de Seúl pensó en erigir vallas altas en el lugar, pero según el funcionario, esa medida sólo haría a la persona cambiar de sitio, pero no la mente.

En Surcorea los suicidios son la causa número uno de muerte entre los adolescentes y el grupo etario de 15 a 30 años.

Según los expertos, una de las razones principales para esa alta tasa se refiere a una cultura muy rigurosa del honor y el orgullo personal. Entonces muchas personas que necesitan ayuda, no son capaces de abrirse a otras, concluyó Ha Sang-hoon, director de Línea de Vida Corea (una línea telefónica para las personas en peligro).

Pero también operan otras razones.

Antes de que fuera un país "rico", la tasa de suicidio en el meridional Estado estaba dentro de las más bajas de todos los países industrializados.

Con la modernidad también ha llegado a Surcorea la extensión de los horarios laborales y la disminución de las horas de descanso e incrementado los niveles de estrés y su costo ha sido alto.

La realidad es que hoy ese Estado asiático ocupa un lugar en la vanguardia de la triste estadística de los suicidios.

Algunos de los motivos de los jóvenes para pensar en quitarse la vida como opción, emergen de los problemas con sus padres, seguida por otros entre los que destacan la inseguridad por alcanzar un futuro seguro o el estrés escolar.

El caso de los más jóvenes supone un problema todavía más preocupante.

La Internet, por ejemplo, se ha convertido en plataforma para que los adolescentes de distintas ciudades y realidades, se junten y planeen suicidios colectivos.

Está el episodio de cuatro alumnos y un profesor del Instituto de Ciencia y Tecnología Avanzada, la más prestigiosa universidad surcoreana. En aquella oportunidad, uno de los suicidas dejó en su mensaje de despedida: "Día tras día somos acorralados en una competencia implacable que nos ahoga y sofoca".

Quizás sea que ese ritmo vertiginoso del desarrollo les ha dado muchas cosas a los coreanos, pero también les ha quitado otras.

Los padres de familia que padecieron la escasez de los años posteriores a la Guerra de Corea (1950-53) y la dictadura, hasta finales de los años 80, han inculcado a las nuevas generaciones la necesidad de emerger de esa penuria como personas de éxito.

Desde jóvenes, una gran parte de los surcoreanos lucha por conseguir ingresar en universidades prestigiosas, tal vez las puertas de una vida profesional de éxito.

Con ese objetivo, los familiares de los menores imponen rígidas rutinas, en las que abundan clases extraordinarias durante los fines de semana y muchas horas de estudio.

Sólo hay que preguntar a niños de 13 años de edad como Han, alumno de una prestigiosa escuela del barrio de Gangnam, en Seúl, que, durante los fines de semana, estudia español, francés, piano y refuerza su inglés, algo que lo deja "cansado y sin tiempo de ver a amigos".

La apariencia también desempeña un papel importante dentro de la actual sociedad surcoreana.

Una red de mejoría estética, Hamsoa, ha triunfado con un tratamiento para que los niños aumenten su altura con masajes, suplementos nutricionales y sesiones de estiramientos.

Según la percepción de los surcoreanos, ser alto es una clave de éxito, especialmente para los hombres, pese a que el desarrollo en temas nutricionales los ha colocado dentro de la talla media más alta de Asia.

Sin embargo, las críticas a este ritmo de vida no se han hecho esperar y por la Internet proliferan todo tipo de campañas y consignas que denuncian esas exigencias a las que se enfrentan los jóvenes surcoreanos.

Este es un motivo para reflexionar sobre el estilo y los modelos que ha impuesto la sociedad, y de cómo quizás el tener todo, implique el no tener nada, porque sin felicidad y espoleado por la necesidad de desarrollo, más allá de lo económico, se requiere de lo humano.

*Periodista de la Redacción Asia de Prensa Latina 

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