viernes, 1 de marzo de 2013


Memorándum de Rumsfeld comprueba justificación falsa para la invasión de Irak


Un nuevo libro del periodista de NBC News y Newsweek, Michael Isikoff, exhibe un memorándum escrito por el ex Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en noviembre de 2001 – un año y cuarto antes del inicio de la guerra de Irak – preguntando cómo iniciar el conflicto y planteando una “justificación” potencial para la invasión:



“¿Cómo comenzar?

***

¿Estados Unidos descubre una conexión entre Saddam y el ataque del 11 de sept., o con ataques de ántrax?”

Todos sabemos que Irak no tenía armas de destrucción masiva.

De hecho, el jefe de gabinete del Secretario de Estado, Colin Powell – el coronel Lawrence Wilkerson – acaba de admitir que Powell sabía sobre la nula existencia de las armas: “Me pregunto qué pasará cuando metemos 500 mil tropas en Irak, peinamos el país de un extremo a otro y no encontramos nada” (min. 6:46).

Se ha documentado extensamente que la Casa Blanca tomó la decisión de invadir Irak antes de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El ex director de la CIA, George Tenet, señaló que la Casa Blanca quería invadir Irak mucho antes del 11-S, insertando “basura” en su justificación para invadir Irak. El ex Secretario del Tesoro, Paul O’Neill – quien formaba parte del Consejo Nacional de Seguridad – también dice que Bush planificó la guerra de Irak antes del 11-S. Altas autoridades británicasdicen que Estados Unidos discutió un cambio de régimen en Irak incluso antes de que Bush llegara a la presidencia. Y en 2000, Cheney dijo que el gobierno de Bush podría “tener que tomar acciones militares para remover obligadamente a Saddam del poder”.

Cheney puso los depósitos petrolíferos iraquíes como una prioridad de la seguridad nacional antes del 11-S. El Sunday Herald reportó: “Cinco meses antes del 11 de septiembre, Estados Unidos abogó por usar la fuerza contra Irak… para asegurar el control de su petróleo”.

Tanto Alan Greenspan, como John McCainGeorge W. BushSarah Palin, un alto oficial del Consejo Nacional de Seguridad y otros dijeron que la guerra de Irak se trataba realmente de petróleo.

El gobierno trató de culpar falsamente una serie de ataques con ántrax a Irak para justificar la guerra. Cuando se le pidió al Congreso que aprobara la Ley Patriota a finales de 2001, los ataques bacteriológicos ocurridos semanas antes fueron adjudicados a desconocidos “árabes” para atemorizar a los parlamentarios:

Funcionarios de la Casa Blanca obligaron al FBI a culpar rápidamente el terror del ántrax a Al Qaeda, mientras que altas autoridades apuntaron su dedo a Irak como la fuente de los ataques, aunque no existiese evidencia que lo comprobara.

George Bush, a lo largo de 2002, mencionó el “ántrax” como una de las armas temibles de Saddam.

Tanto el Secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld, el Presidente Bush y el vicepresidente Cheney relacionaron a Irak con el 11-S, dirigiendo todo su programa de torturas a establecer un vínculo falso.

Memorándum de Rumsfeld



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